Cosecha de Maíz: ¿cómo hacer la planificación?

Aunque el desarrollo de la cultura sea fundamental para garantizar la productividad de los cultivos, la planificación de la cosecha de maíz es un paso igualmente esencial que no debe pasarse por alto para evitar pérdidas tanto en términos cuantitativos cuanto cualitativos. 1°) Determinar el momento de la cosecha Tanto la cosecha temprana como la tardía pueden causar pérdidas en calidad del grano. En consecuencia, es crucial tener una comprensión del ciclo de desarrollo del cultivo para establecer el momento en el cual la planta ha alcanzado la madurez adecuada para su cosecha. Este conocimiento evita pérdidas innecesarias y garantizar la obtención de un producto final de calidad óptima. 2°) Determinar el uso del maíz La versatilidad del maíz abarca usos que van desde la alimentación humana hasta la alimentación animal, e incluso la producción de cereales. Machado & Bermúdez (2020), afirman que el maíz es la opción preferida para producción de ensilaje debido principalmente a su alta capacidad de generar masa seca por superficie y la alta densidad energética que ofrece, presentando alrededor del 68% del total de nutrientes digestibles, además de un alto contenido en almidón, baja concentración de carbohidratos fibrosos y su bajo poder tampón. De acuerdo con Bredemeier (2020), para la producción de ensilaje de planta entera, la cosecha debe ser realiza cuando las plantas se encuentran en la etapa harinosa-dura, para la producción de ensilaje de grano húmedo, el momento ideal de cosecha es la etapa de madurez fisiológico. Magalhães & Durães (2006), destacan que el punto de madurez fisiológica o punto la máxima producción caracteriza el momento ideal para la cosecha, sin embargo, la humedad del grano en etapa está entre 30 y 38%. Es importante resaltar que para el almacenado de este grano de forma segura la humedad debe estar entre 13 y 15%. Sendo así es necesario que el grano pase por el proceso de secado artificial antes de ser almacenado, asegurando una adecuada calidad y conservación. Figura 1. Detalle del desarrollo de la capa negra (punto de madurez fisiológico). 3° Cosecha de maíz: manual o mecanizada? Ahora ya sabes que la cosecha del maíz es una etapa muy importante del proceso productivo, donde se deben tomar en consideración varios aspectos para garantizar una cosecha satisfactoria. Entre ellos necesitas determinar sí la cosecha será manual o mecanizada. Para esto debes analizar el tamaño del área plantada, la disponibilidad de equipo y mano de obra, y la eficiencia deseada. La obtención de un cultivo exitoso está relacionada con una planificación que abarca todas las fases del proceso productivo, desde la preparación inicial del área hasta la postcosecha.Cada etapa juega un papel fundamental para expresar el potencial productivo y reducir las potenciales pérdidas. Determinar el punto de cosecha, según la madurez de la planta, es fundamental para tener granos de calidad.
Fases Clave en la Fenología de la Soja

La fenología de la soja és na verdad las varias fases en el ciclo de desarrollo. La soja necesita germinar, desarrollarse vegetativamente, alcanzar la madurez, florecer y producir granos. Sin embargo, para que este proceso ocurra, la soja necesita condiciones ideales, que incluyen estar bien nutrida, saludable, permanecer libre de enfermedades y estar protegida contra el ataque de plagas, que pueden perjudicar su producción de granos (Borkert et al. 1994). En consecuencia, el cultivo de soja requiere una serie de prácticas de manejo a lo largo de su fenología, con diferentes requisitos en cada etapa. Teniendo en cuenta que se deben aplicar varias prácticas de manejo en momentos específicos del ciclo de desarrollo de la soja, es esencial entender la fenología como un componente esencial de la planificación del manejo del cultivo. A través de la definición de las etapas fenológicas de la soja, es posible establecer una relación entre el desarrollo de la planta y las necesidades específicas del cultivo. Esto permite una planificación más precisa y estratégica de las prácticas de manejo a lo largo del ciclo de desarrollo de la soja, contribuyendo a lograr un buen desempeño agrícola y, en consecuencia, mayores rendimientos en la producción. La escala fenológica también se conoce como la escala de desarrollo, en el cultivo de soja, la escala más utilizada en el mundo fue propuesta por Fehr y Caviness (1977), esta escala se divide en dos fases principales: la fase vegetativa y la fase reproductiva. Según Neumaier et al. (2020), las etapas vegetativas, representadas en la escala por la letra «V», describen y caracterizan el desarrollo vegetativo de la planta, y la primera etapa VE (emergencia) ocurre cuando los cotiledones se colocan en un ángulo igual o mayor a 90 grados en relación con el hipocótilo. La segunda etapa vegetativa, llamada VC, ocurre cuando los cotiledones están completamente abiertos y expandidos, es decir, los bordes de las hojas unifolioladas ya no se tocan. Las etapas vegetativas restantes están numeradas desde el primer nodo con hojas verdaderas completamente desarrolladas (Neumaier et al., 2020). Figura 1. Plántulas de soja en etapa VE (izquierda) y plántulas de soja en etapa VC (derecha). Las etapas reproductivas se denominan con la letra «R» seguida de los números hasta ocho, describen el período que abarca desde la floración hasta la maduración de la planta. Estas fases incluyen la floración, el desarrollo de la vaina, el desarrollo del grano y, finalmente, la maduración de la planta (Farias et al., 2007). Tabla 1. Etapas de desarrollo de la soja La propuesta de Fehr y Caviness (1977) para la escala fenológica de la soja no incluye subdivisiones de las etapas de desarrollo. Sin embargo, para proporcionar un mejor desglose de la etapa R5, Ritchie et al. (1977) propusieron subdividir esta etapa en cinco subetapas. 1 – Granos perceptibles al tacto (equivalentes al 10% de la granación). 2 – Granación del 11% al 25%. 3 – Granación del 26% y 50%. 4 – Granación del 51% y 75%. 5 – Granación del 76% al 100% (Farias et al., 2007). Figura 3. Formación de vainas y maduración de soja. La etapa fenológica de un cultivo se determina cuando al menos el 50% de las plantas presentan las características indicativas de una determinada etapa fenológica (Zanon et al., 2018). Comprender la fase de desarrollo del cultivo e identificarla correctamente es importante no solo para definir estrategias de manejo, sino también para permitir la comunicación entre técnicos y productores, facilitando la comunicación y contribuyendo a un manejo más asertivo.
Los secretos de una siembra exitosa de maíz

Los Secretos de una Siembra Exitosa de Maíz El momento correcto para la siembra de maíz juega un papel crucial en la determinación del rendimiento. El cultivo de maíz (Zea mays) es una práctica muy extendida en varias regiones del mundo, y la planificación cuidadosa de los cultivos juega un papel importante para lograr el éxito en la producción de este grano. Uno de los pasos claves en este proceso es el momento de la siembra de maíz. Cuando se trata de decidir el momento óptimo para la siembra, es esencial comprender los factores de riesgo asociados, que pueden reducirse mediante una planificación efectiva de las actividades relacionadas con la producción. El agricultor debe ser plenamente consciente de que el éxito de su empresa está ligado a su planificación y que ésta depende de varios elementos, siendo los riesgos climáticos uno de los factores más preponderantes a considerar (Duarte et al., 2015). Según Cruz et al. (2010), el crecimiento y desarrollo del maíz está influenciado por una serie de factores, incluida la humedad del suelo, la temperatura y la radiación solar. La temporada de siembra, por lo tanto, también se ve influenciada por estos factores, donde los límites extremos son variables en cada región agroclimática. Durante el ciclo de crecimiento de la planta de maíz, el consumo promedio de agua es de alrededor de 600 mm. Sin embargo, en las primeras etapas de crecimiento, especialmente en climas cálidos y secos, el consumo diario de agua por parte de la planta rara vez supera los 2,5 mm por día (Cruz et al., 2010). Al momento de la siembra, es fundamental que el suelo tenga una temperatura superior a 15°C, siendo lo ideal por encima de los 18°C. Además, la humedad del suelo debe estar cerca de la capacidad del campo. Estas condiciones son fundamentales para permitir el desencadenamiento adecuado de los procesos de germinación y emergencia de las semillas de maíz. La temperatura del suelo fuera del rango ideal puede afectar significativamente la germinación. Temperaturas por debajo de 10 ° C y por encima de 42 ° C tienden a tener efectos adversos sobre la germinación, por otro lado, las temperaturas entre 25 ° C y 30 ° C se consideran ideales y proporcionan las mejores condiciones para el desencadenamiento exitoso de este proceso crucial en el ciclo de crecimiento de las plantas de maíz (Fancelli, 2015). El cultivo de maíz, como destaca Fancelli (2015), responde muy favorablemente al aumento de las intensidades de luz, lo que se atribuye al hecho de que el maíz pertenece al grupo de plantas «C4». Además, el uso eficiente de la luz está influenciado por factores como la distribución espacial de las plantas en el cultivo, la arquitectura de las hojas, la duración del área foliar presente y la declinación solar En este sentido, es posible aumentar la eficiencia en la captura del espectro solar a través de una mejor distribución de las plantas en el área de cultivo, a través de combinaciones adecuadas entre el espaciado entre líneas y el número de plantas por línea. Es importante tener en cuenta que la población de plantas no debe exceder las 85,000 plantas por hectárea para garantizar un uso óptimo de la luz. La densidad agronómica óptima (DAO), como destacan Alves et al. (2020), se considera la densidad que proporciona la mayor productividad de un cultivo. Para obtener altos rendimientos es necesario aumentar la intercepción de la radiación solar en el dosel del cultivo, buscando el DAO. El equilibrio entre la fuente y el lugar onde la planta envía su energía también sufre cambios con la variación en la densidad de población. Fonte: Alves et al. (2020) Figura 1. Tendencia del rendimiento del grano de maíz según la densidad de la planta. Fonte: Cruz et al. (2006). La profundidad de siembra, según Cruz et al. (2006), debe variar entre 3 y 5 cm en suelos más pesados o arcillosos. En suelos más ligeros o arenosos, la profundidad debe variar entre 5 y 7 cm. En el sistema de labranza cero, la acumulación de residuos en la superficie del suelo, especialmente en regiones más frías, puede retrasar la aparición de plantas, reducir el rodal y, en algunas situaciones, reducir el rendimiento de los granos, dependiendo de la profundidad a la que se coloca la semilla en el suelo. A continuación, podemos observar el efecto de la profundidad de siembra en la emergencia, vigor y duración del período de emergencia en el cultivo de maíz. Como destaca Machado (2017), el rendimiento final del maíz está fuertemente influenciado por el establecimiento adecuado del rodal de la planta, que implica la densidad de plantas por área y el espaciamiento entre ellas, decisiones que deben basarse en la elección del cultivar, las prácticas de manejo y el potencial de rendimiento esperado, teniendo en cuenta también las condiciones climáticas previstas. Actualmente, una tendencia común en el cultivo de maíz ha sido reducir el espacio entre las plantas y entre las líneas de siembra. El espacio entre las hileras de maíz disminuyó, de 80 a 45 a 50 cm. Esta práctica tiene como objetivo mejorar el uso del área cultivada, y cuando se combina con el uso de plantas más pequeñas y hojas erectas, contribuye a una mejor captura de la radiación solar, el uso de la humedad del suelo y dificulta el crecimiento de las malas hierbas. Estos factores, tomados en conjunto, tienden a resultar en un aumento significativo en el rendimiento del grano (Machado, 2017). Fonte: Garcia et al. (2006). Según Sponchiado et al. (2022), la velocidad, ideal para sembrar maíz, es de 3.0 a 5.0 km/h, ya que tendrá una menor rotación del suelo, semillas bien distribuidas (espaciamiento aceptable de las plantas, minimizando fallas y doble siembra) e índice de emergencia uniforme. Un estudio realizado por García et al. (2006), con el objetivo de verificar la influencia de la velocidad de desplazamiento en la siembra de maíz, que oscila entre 3 y 9 km por hora, observó que la
FBN: Fijación biológica de nitrógeno

Así como la fotosíntesis es vital para la producción de energía necesaria para la supervivencia de las plantas, la FBN se destaca como uno de los procesos biológicos más importantes. Qué es FBN? La FBN consiste en un proceso en el que algunos géneros de bacterias capturan el nitrógeno presente en la atmósfera, transformándolo en una forma asimilable por las plantas, se puede decir que es una fábrica biológica, con capacidad para satisfacer las demandas nutricionales de la planta, en algunos casos la fertilización nitrogenada puede ser parcial o totalmente reemplazada, como en el caso de la soja, donde FBN prescinde del uso de fertilización nitrogenada (Embrapa). Cuál la importancia del nitrógeno para la soja? El nitrógeno (N) es el macronutriente requerido en mayor cantidad por las plantas, es responsable por la producción de proteínas, ácidos nucleicos, hormonas, clorofila y varios otros compuestos importantes para el metabolismo de las células. Aunque la atmósfera presenta una alta concentración de nitrógeno en su composición, está en forma molecular, o sea, no asimilable por las plantas. Las plantas no realizan asociaciones simbióticas para fijar nitrógeno, sino que absorben nitrógeno del suelo en forma de nitrato (NO3–) o ion amonio (NH4+) (Paulilo et al., 2015). El nitrógeno representa el nutriente más extraído y exportado en mayor cantidad por el cultivo de soja, para producir una tonelada de soja es necesario, aproximadamente 80 Kg de nitrógeno, de los cuales 50 kg se exportan en los granos cosechados. En Brasil, la fijación biológica de nitrógeno, llevada a cabo por bacterias del género Bradyrhizobium, es ampliamente empleada, prácticamente toda la producción de soja en el país depende de la relación simbiótica entre estas bacterias y la planta para garantizar el suministro de nitrógeno (Gitti et al., 2019). En las leguminosas, las bacterias fijadoras del nitrógeno inducen la formación de nódulos en las raíces. Estos nódulos contienen proteínas hemo, llamadas leg-hemoglobinas de leguminosas, que se unen al oxígeno, estas proteínas dan a los nódulos una coloración rosada y son fundamentales para la fijación biológica de nitrógeno (Taiz & Zeiger, 2017). Figura 2. Raíces noduladas. Al realizar la inoculación, se recomienda que se haga a la sombra, durante las horas más frescas del día, por la mañana o por la noche. Además en suelos del primer año de siembra, la dosis recomendada debe ser el doble de la dosis normal. Después de la inoculación, las semillas deben secarse a la sombra y sembrarse dentro de las 24 horas, siempre que estén protegidas de la luz solar y la humedad, si esto no es posible, es necesario repetir la inoculación el día de la siembra. Es importante tener en cuenta que el inoculante no debe mezclarse con fungicidas y micronutrientes, ya que estos productos pueden ser tóxicos para las bacterias, se recomienda tratar primero las semillas con estos productos y luego proceder a la inoculación (Embrapa, 2016). Referencias Cerrar
3 CONSEJOS PARA LA PRODUCTIVIDAD DE LA SOJA

3 CONSEJOS PARA MAXIMIZAR LA PRODUCTIVIDAD DE LA SOJA La lista de prácticas y secretos para una mayor productividad de la soja. Basándome en el conocimiento sobre fisiología vegetal, he enumerado algunas prácticas y requisitos para ayudarlo a aumentar su productividad con el productor de soja. Construya un sistema raíz robusto ¡Como nosotros, las plantas también transpiran! También eliminan el agua para regular la temperatura de las hojas. Un sistema radicular bien desarrollado, además de ayudar a mantener baja la temperatura de las hojas, ayuda a las plantas a explorar más el suelo, sus poros y profundidad, absorbiendo más agua y nutrientes, esenciales para su supervivencia. Desarrollo de las raíces – Organogénesis (Importancia de las hormonas vegetales en los procesos) Centrarse en el manejo del estrés fisiológico en la soja Volviendo a hablar de la fotosíntesis, veamos el gráfico. Los picos verdes indican los períodos en los que se produjeron tensiones abióticas en la planta, ya que son picos de Ácido Abscísico (una hormona que hace que la planta cierre los estomas). Estos picos ocurren debido a la adversidad. La citoquinina, con un papel antagónico al ácido abscísico, actúa abriendo los estomas. Luego, en una condición de déficit hídrico (que genera pico de Ácido Abscísico), aumenta el potencial fotosintético de las plantas tratadas con reguladores que promueven el crecimiento de las plantas (RV, en la figura siguiente) (las plantas hacen más fotosíntesis). Esto se debe a que, además de abrir los estomas, los reguladores vegetales promueven la síntesis de clorofila, la formación de cloroplastos y una mayor actividad de Rubisco, enzima clave en la asimilación de CO2. En el proceso de rehidratación (simulado en la imagen), los reguladores de las plantas también hacen que la fotosíntesis reanude los niveles más altos más rápido. En otras palabras, ¡está claro que los reguladores de plantas maximizan la productividad de la planta en su conjunto! Pico de etileno inferior Esta es una hormona que causa senescencia prematura y aborto espontáneo estructural. Al considerar la formación de especies reactivas de oxígeno, es importante saber que: ¡cuanto más etileno hay en la planta, más estresada está y mayor es la formación de especies reactivas de oxígeno! Para hacer frente a estas especies reactivas de oxígeno, que son dañinas para la planta al causar la muerte de los tejidos y degradar las membranas, la planta produce una enzima llamada SOD (superóxido dismutasa). Cuanto mayor es la actividad de esta enzima, podemos inferir que la planta está más estresada (Gráfico siguiente). Tenga en cuenta que cuando usamos un producto que inhibe la síntesis de etileno, hay menos actividad de SOD, lo que indica que la planta está sufriendo menos degradación de la membrana (como se puede ver en el gráfico de la derecha, ya que la peroxidación lipídica indica si las membranas están en el planta se están degradando más o menos) y, en consecuencia, está sufriendo menos daños por estrés hídrico. Además, el etileno también está relacionado con el aborto floral en el cultivo de la soja. Este aborto tiene básicamente tres razones. Uno de ellos es algo natural y fisiológico en el cultivo, que son los niveles de Etileno en la planta a lo largo del ciclo. Es decir, cuando se acerca el período reproductivo de la planta, hay un pico natural de la hormona (en rojo en el gráfico a continuación). Este es uno de los factores que conducen al aborto floral, de forma natural. Otro factor que también provoca el aborto floral, de forma natural, es la reducción de los niveles de Citoquininas dentro de la planta (línea azul). Por eso, incluso en buenas condiciones, hay cierto aborto de estructuras. Y finalmente, hay un efecto abiótico, un evento estresante por ejemplo, que eleva aún más el pico de Etileno, lo que aumenta las tasas de aborto que ya ocurrirían con menor intensidad si el clima fuera cercano al adecuado para el cultivo. Una excelente estrategia es reducir este pico de etileno. ¿Y cómo hacer esto? Existe un producto, Hold, que actúa directamente sobre las vías del Etileno y reduce la acción de la enzima ACC, reduciendo así la formación de Etileno y, en consecuencia, aumentando las tasas de toma de flores en los cultivos de soja.
El maíz y los indeseables granos quemados

Uno de los principales granos producidos a nivel mundial, el maíz es parte del sistema de producción de numerosas propiedades brasileñas, insertándose en el sistema de rotación de cultivos, permitiendo un mayor uso de la tierra y proporcionando paja residual para los cultivos sucesores. Además, el maíz se utiliza en muchas propiedades como “segunda cosecha” de verano, siendo cultivado después de la soja en la modalidad de maíz fuera de temporada. Incidencia de enfermedades en maíz Sin embargo, al igual que otros cultivos agrícolas, el maíz está sujeto a la incidencia e interferencia de numerosas enfermedades, algunas de las cuales pueden causar daños cuantitativos y cualitativos, como la pudrición de la mazorca. Las pudriciones de las mazorcas son causadas principalmente por los hongos Stenocarpella maydis (Diplodia maydis), Stenocarpella macrospora (Diplodia macrospora), Fusarium verticillioides (F. moniliforme), F. subglutinans, F. graminearum, F. sporotrichioides y Gibberella zeae. Ocasionalmente, en el campo, hay producción de granos quemados por los hongos Penicillium oxalicum, Aspergillus flavus y A. parasiticus (Alves et al., 2012). Granos quemados Como consecuencia de la ocurrencia de la pudrición de la mazorca, se produce la formación de granos de maíz quemados, los cuales se caracterizan por el deterioro y pérdida de color que resultan en pérdidas cuantitativas, o incluso la presencia de micotoxinas que pueden resultar en efectos cualitativos y tóxicos para el ser humano. y animales. Las principales micotoxinas que se encuentran en los granos de maíz son aflatoxinas (Aspergillus flavus y A. parasiticus), fumonisinas (Fusarium verticillioides), zearalenona (Fusarium graminearum), ocratoxina A (Aspergillus spp. Y Penicillium spp. Y Penicillium spp. Grausario) y deoxynarium gramineol (Fusarium). et al., 2011). Además de las pérdidas cualitativas, las pérdidas cuantitativas son comunes debido a los granos quemados. Según Costa et al. (2012) uno de los factores que se ha relacionado con el aumento en la ocurrencia de granos quemados en el cultivo de maíz es el retraso en la cosecha. Los autores destacan que se pueden observar pérdidas cuantitativas que oscilan entre el 7 y el 15% como consecuencia de la presencia de granos quemados, y en casos extremos, las pérdidas pueden superar el 50% de la producción. Entre las pudriciones de la mazorca más comunes, podemos destacar la pudrición de la mazorca blanca; pudrición rosada de la mazorca y pudrición rosada de la mazorca. Pudrición de la oreja blanca Causada por los hongos Stenocarpella maydis y Stenocarpella macrospora. Las mazorcas infectadas tienen granos marrones, de bajo peso y crecimiento micelial blanco entre las filas de granos. Pudrición de la oreja rosada Causada por Fusarium verticillioides o Fusarium subglutinans, la infección puede comenzar en la parte superior o en cualquier otra parte de la oreja, pero siempre se asocia con alguna lesión (insectos, pájaros y roedores). A medida que se desarrolla la enfermedad, una masa algodonosa rojiza puede cubrir los granos infectados o el área de paja afectada (Pinto, 2005). Pudrición rosada de Ponta da Espiga También conocida como podredumbre de Gibberella (Gibberella zeae), la enfermedad comienza con una masa algodonosa rojiza en la punta de la oreja y puede progresar hasta la base de la oreja. (Pinto, 2005). Ante el alto potencial de estas pudriciones para dañar y depreciar los granos de maíz, es fundamental realizar prácticas de manejo que permitan el control eficiente de estas enfermedades, reduciendo la ocurrencia de granos quemados. Sin embargo, por tratarse de enfermedades con mayor daño en el período final del desarrollo del maíz, se deben utilizar buenas prácticas agronómicas que ayuden a reducir los granos quemados, tales como: rotación de cultivos, uso de cultivares resistentes, no uso de poblaciones altas de plantas, así como la eliminación de plantas hospedantes y la no demora en la cosecha del maíz. Como destacan Ribeiro et al. (2015) la genética de cultivares puede estar relacionada con una mayor tolerancia o susceptibilidad a la ocurrencia de pudrición de la mazorca y grano quemado, siendo una de las alternativas de manejo el uso de cultivares con resistencia a enfermedades fúngicas. Otro dato importante a manejar, apuntando no solo a la reducción de la pudrición de la mazorca, sino también de otras enfermedades fúngicas es la nutrición vegetal, las plantas bien nutridas, como soporte nutricional ideal, tienden a tener mayor salud y tolerancia a la ocurrencia de enfermedades, resultando en mejores condiciones para el desarrollo y la productividad de los cultivos. Por tanto, se puede decir que la reducción de la ocurrencia de granos quemados depende de un conjunto de prácticas que van desde la nutrición hasta la recolección de cultivos, con el objetivo de brindar las condiciones adecuadas para el buen crecimiento y desarrollo del maíz, así como reducir la ocurrencia de pudriciones. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Cómo la coinoculación impacta en la productividad de la cosecha?

Cómo la Coinoculación impacta en la productividad de la cosecha? La buena productividad de la soja refleja un conjunto de factores que pueden influir directa o indirectamente en la cantidad o calidad de los granos o semillas producidos, siendo uno de estos factores la nutrición vegetal. La ingesta nutricional adecuada es fundamental para satisfacer los requerimientos nutricionales del cultivo, promoviendo un buen crecimiento y desarrollo de las plantas, resultando en una buena productividad. Uno de los nutrientes más requeridos por la soja es el Nitrógeno (N), como destaca Martins (2019), para la producción de una tonelada de granos o semillas de soja se extraen y exportan en promedio 80,4 kg de N y 56,9 kg de Nitrógeno respectivamente. El nitrógeno es un constituyente de aminoácidos, amidas, proteínas, ácidos nucleicos, nucleótidos, coenzimas, hexosamina, entre otros, y está directamente relacionado con el crecimiento de las plantas (Taiz et al., 2017). El suministro adecuado de nitrógeno es esencial para que el cultivo crezca y se desarrolle correctamente. En algunos cultivos, el suministro de nitrógeno se realiza a través de fertilizantes nitrogenados, sin embargo, el alto requerimiento de nutrientes por parte del cultivo de soja hace que la fertilización con nitrógeno para el cultivo sea una práctica de alto costo. Afortunadamente, la simbiosis entre plantas de soja y bacterias fijadoras de nitrógeno del género Bradyrhizobium contribuye al aporte de prácticamente todo el nitrógeno necesario para un buen rendimiento de la soja, rendimientos del orden de hasta 3600 kg.ha-1, aún aportando valores entre 20 y 30 kg.ha-1 de nitrógeno para el cultivo sucesor (Gitti, 2015). Aunque parte de estas bacterias están presentes en el suelo, la práctica de inocular semillas de soja tiene como objetivo aumentar la población de bacterias fijadoras de nitrógeno a través del incremento a través del inoculante. El aumento de los niveles de población de estas bacterias permite una adecuada simbiosis entre planta y bacteria, permitiendo que todo el nitrógeno que necesita la planta se suministre a través de la fijación biológica de nitrógeno (FBN), haciendo innecesario el aporte de nitrógeno a la soja mediante fertilizantes nitrogenados. Como destacan Prando et al. (2019), la práctica de la inoculación puede proporcionar un aumento de hasta un 8% en la productividad de la soja, mientras que la coinoculación puede aumentar la productividad en otro 8%, sumando así una ganancia de productividad del 16%. Sin embargo, a diferencia de la relación simbiótica que se da entre plantas de soja y bacterias del género Bradyrhizobium, la coinoculación con bacterias del género Azospirillum promueve una relación de asociación, en la que no todo el nitrógeno sintetizado se suministra a la planta. Sin embargo, las bacterias del género Azospirillum tienen la capacidad de sintetizar fitohormonas que promueven el crecimiento de las plantas, especialmente del sistema radicular, lo que favorece la nodulación y FBN que realiza Bradyrhizobium, además de aportar otros beneficios, como ampliar el volumen de suelo explorado (Prando et al., 2019). La mayor nodulación de plantas de soja como resultado de la coinoculación fue observada por Gitti (2016) en estudios realizados por la Fundación MS, donde la coinoculación de la soja proporcionó no solo un aumento en el número y masa de nódulos, sino también en la masa seca de raíces. y parte aérea de las plantas. Cuadro 1. Número de nódulos por planta, masa seca de nódulos por planta, masa seca de raíces por planta y masa seca de parte aérea de soja en 2015 y 2016 obtenida en tratamientos sin inoculación de semillas, inoculación (Bradyrhizobium), coinoculación ( Bradyrhizobium + Azospirillum brasilense) y urea de cobertura (200 kg.ha-1 de nitrógeno). Fundación MS, Maracaju, MS, 2016. Fuente: Gitti (2016) Dado que los nódulos son consecuencia de la simbiosis entre plantas de soja y bacterias fijadoras de nitrógeno del género Bradyrhizobium, el aumento del número de nódulos por planta como consecuencia del favorecimiento promovido por la coinoculación puede representar un aumento en la cantidad de nitrógeno fijado y la disponibilidad del nutriente para la planta, lo que se refleja en una mayor productividad. Figura 1. Raíz de soja con abundante nodulación resultante de la cooculación con Bradyrhizobium y Azospirillum.
Tratamiento en semillas de soja: ¿cúales los beneficios?

El tratamiento en semillas de soja es fundamental para proteger las semillas y asegurar el buen asentamiento del cultivo, permitiendo que las semillas expresen su potencial productivo. Para promover esta protección en las primeras etapas del desarrollo de la soja, la principal herramienta disponible es el tratamiento de semillas. Importancia del tratamiento de semillas Una buena cosecha comienza con una buena semilla, así, se puede decir que la semilla es uno de los principales insumos agrícolas, siendo responsable, junto con otras técnicas como un buen operacional al momento de la siembra, del buen asentamiento de las plantas. . Sin embargo, el uso de semillas de buena calidad genética, fisiológica, física y sanitaria no necesariamente garantiza un adecuado soporte vegetal, ya que en el campo las semillas están sujetas al ataque de diversas plagas y enfermedades. Control de patógenos El tratamiento de semillas con fungicidas garantiza un mejor establecimiento de la población de plantas al controlar importantes patógenos transmitidos por semillas, disminuyendo la posibilidad de su introducción en áreas no perturbadas (França-Neto et al., 2016). Además del uso de fungicidas, es común agregar insecticidas, micronutrientes, estimulantes fisiológicos y / o biológicos en el tratamiento de semillas de soja, con el objetivo de una mejor protección y desarrollo de las plantas. Como destacan Henning et al. (2010), el tratamiento de semillas con fungicidas de contacto y sistémicos ha brindado protección a las semillas en el suelo, evitando la resiembra en el cultivo de soja por mal establecimiento del cultivo como consecuencia de la incidencia de enfermedades en la etapa temprana del desarrollo de la soja. Con respecto a las plagas, Masson et al. (2015) destacan que el tratamiento de semillas con insecticidas proporciona un control significativo de plagas como Anticarsia gemmatalis, Bemisia tabaci, Edessa meditabunda y Euschistos heros, sin interferir con las características fisiológicas de semillas con germinación y vigor. Adopción del tratamiento de semillas de soja con fungicidas en Brasil. En vista de los beneficios del tratamiento de semillas, su adherencia ha ido creciendo en los cultivos de soja, dando un salto considerable de 1992 a 2002, como lo demuestran Richetti & Goulart Como destacan los autores, además de los beneficios que trae el tratamiento de semillas, el aumento en su adherencia se debe principalmente al excelente costo-beneficio de la práctica, y en los últimos años, el tratamiento de semillas ha representado aproximadamente solo el 1,5% del costo. de la producción de soja. Costo de tratamiento de semillas y costo total de soja por hectárea Tratamiento de semillas como manejo de nematodos Además, estudios más específicos como el realizado por Bortolini et al. (2013), destacan que el tratamiento de semillas puede incluso utilizarse como una alternativa para el manejo de plagas difíciles de controlar como los nematodos fitopatógenos. Al evaluar diferentes nematicidas utilizados en el tratamiento de semillas, los autores observaron que es posible que exista una reducción en el nivel de población y factor de reproducción de nematodos debido al tratamiento de semillas con nematicidas en comparación con el control (sin tratamiento). Aunque no es la única solución a los problemas de las áreas fuertemente infestadas por la plaga, el tratamiento de semillas con nematicidas puede ayudar en el manejo de nematodos. Los beneficios del tratamiento de semillas no se detienen ahí, además del uso de insecticidas, nematicidas y fungicidas, es posible sumar al tratamiento de semillas estimulantes biológicos o micronutrientes que contribuyan a un mejor establecimiento de la planta, proporcionando, entre otros factores, el crecimiento. raíz de estimulación y relaciones simbióticas como la fijación biológica de nitrógeno, en la que micronutrientes como el cobalto (Co) y el molibdeno (Mo) están estrechamente relacionados. Como señalan Sfredo & Oliveira (2010), el uso de micronutrientes a través del tratamiento de semillas proporciona un aumento significativo en la productividad de la soja en comparación con el control que no recibió la adición de micronutrientes. Mejor desarrollo Para Cobalto y Molibdeno, las recomendaciones para agregar estos micronutrientes vía tratamiento de semillas apuntan al uso de 12 a 25 g.ha-1 de Mo y de 2 a 3 g.ha-1 de Co (Sfredo & Oliveira., 2010). Además de estos micronutrientes, existen varios estudios que evalúan la influencia de la adición de otros micronutrientes en el tratamiento de semillas y el rendimiento de la soja, sin embargo, cabe señalar que la definición de productos utilizados en el tratamiento de semillas debe tener en cuenta las características del producto productivo. y sistema histórico de la propiedad, y el paquete de productos de tratamiento de semillas puede variar debido a las características del cultivo y el propósito del cultivo. Además de definir los productos que integrarán el tratamiento de semillas, es fundamental realizarlo correctamente, existiendo básicamente dos formas de hacerlo: en finca (en finca) y tratamiento industrial de semillas (TSI). Ambos tienen sus ventajas y desventajas, y tienen como objetivo proporcionar el mismo efecto, sin embargo, la diferencia más clara se debe a la uniformidad de la cobertura de semillas, ya que TSI proporciona una mayor cobertura de semillas en comparación con el tratamiento en finca. Métodos de tratamiento Actualmente, existen tratamientos de semillas industriales y soluciones tecnológicas para uso en IST con tecnología suficiente para promover una protección adecuada de las semillas y contribuir a incrementar la productividad de la soja de manera eficiente. Como el SEND desarrollado por Stoller, que es una solución innovadora para su uso on farm con acciones nutricionales y fisiológicas resultado de la interacción sin precedentes entre los nutrientes y otros componentes de la formulación, que promueve un mejor desarrollo de la planta y puede proporcionar ganancias de productividad promedio de hasta 4sc. .ha-1 (Stoller). En medio de tantos beneficios que ofrece el tratamiento de semillas a un costo relativamente bajo, Cunha et al. (2015) destacan que el tratamiento de semillas de soja mantiene la calidad fisiológica, genética y sanitaria de las semillas, presentando efectos beneficiosos en diferentes etapas de crecimiento inicial y desarrollo del cultivo, reflejando buenos rendimientos de soja. Por lo tanto, el tratamiento de semillas es una práctica esencial para
Coinoculación en soja

COINOCULACIÓN EN SOJA La fijación biológica de nitrógeno (FBN) es uno de los procesos más importantes que rigen la vida en la Tierra. A través de este proceso, algunas especies de plantas pueden satisfacer su necesidad de nitrógeno para un buen crecimiento y desarrollo de las plantas. Una de esas especies es la soja, un cultivo muy extendido y el buque insignia de muchas propiedades productoras de cereales en todo el mundo. Para obtener buenos rendimientos de soja, es necesario un nivel nutricional adecuado, siendo el nitrógeno el nutriente más requerido por el cultivo. Afortunadamente, según Gitti (2015), una buena inoculación de soja es capaz de aportar, a través de FBN, todo el nitrógeno que requiere el cultivo para buenos rendimientos de soja. Sin embargo, además de la simbiosis entre plantas de soja y bacterias fijadoras de nitrógeno del género Bradyrhizobium, las cuales se suministran al sistema de producción mediante inoculación, otro proceso es capaz de contribuir al aumento de la productividad de la soja, esta es la asociación entre bacterias de el género Azospirillum y plantas de soja a través de la coinoculación de la soja. Pero los beneficios de la coinoculación con Azospirillum spp. no se detienen ahí, además de promover el crecimiento del sistema radicular de la soja, como lo observan Gitti (2015) y Godinho et al. (2015), la coinoculación de soja (Bradyrhizobium + Azospirillum) permite incrementar el número de nódulos de FBN y masa de nódulos, contribuyendo así a una mayor fijación de nitrógeno y mayor disponibilidad de nutrientes para las plantas. Según pruebas de campo realizadas por Embrapa, la coinoculación de soja puede promover un aumento promedio de hasta 16,1% en el rendimiento de soja en comparación con áreas no inoculadas. Figura 1. Raíz de soja con abundante nodulación resultante de la coinoculación con bacterias de los géneros Bradyrhizobium y Azospirillum. Fuente: Embrapa Soja Al evaluar la inoculación y coinoculación de semillas en el desarrollo y rendimiento del cultivo de soja, Manteli et al. (2019) observaron que la coinoculación promovió un aumento en los componentes del rendimiento y en el rendimiento de la soja en comparación con el control. Además, los autores también observaron un aumento en el número de nódulos de soja por coinoculación, corroborando los resultados presentados por Gitti (2015) y Godinho et al. (2015). Cuadro 1. Número de vainas por planta (NV), masa de mil granos (MMG) y rendimiento del cultivo de soja sometidos a inoculación y coinoculación. UNISEP- Dois Vizinhos, PR, 2018. * Significativo por prueba F (α = 0.05). Las medias seguidas de la misma letra en la columna no difieren según la prueba de Scott-Knott (α = 0,05). CV (%): coeficiente de variación. Fuente: Manteli et al. (2019) Como señalaron Manteli et al. (2019), la coinoculación de la soja proporcionó un aumento promedio en el rendimiento de aproximadamente el 15,8% en comparación con la soja recién inoculada, destacando el importante papel de la coinoculación para este cultivo. Sin embargo, además de realizar la coinoculación, la forma en que se realiza es de suma importancia y puede influir directamente en el éxito del proceso. Como se trata de organismos vivos, se debe tener cuidado al manipular el inoculante, ya sea en semillas de soja o en el surco de semillas, ya que las altas temperaturas pueden matar las bacterias. A la hora de optar por el uso de inoculantes de turba, el uso de sustancias adhesivas sobre las semillas es fundamental para favorecer una adecuada adhesión entre semillas e inoculantes. Aunque son dos especies diferentes de bacterias, actualmente las nuevas tecnologías combinan ambos organismos en un solo producto, facilitando la manipulación y haciendo más práctico el proceso de coinoculación. Una de estas soluciones es Masterfix L Dual Force, una tecnología desarrollada por Stoller que contiene ambos organismos en una formulación líquida y es sinónimo de calidad para la Fijación Biológica de Nitrógeno, proporcionando a las bacterias una alta viabilidad (Stoller). La innovadora formulación combina Azospirillum + Bradyrhizobium en una misma formulación, permitiendo dosis adecuadas de inoculantes de forma eficaz y eficiente, facilitando el proceso de coinoculación. Si bien tecnologías como esta brindan mayor practicidad en el proceso de coinoculación, independientemente de utilizar productos de formulación única o separada, lo importante es no dejar de realizar la coinoculación de soja para una mayor productividad y sostenibilidad del cultivo, recordando que “ la inoculación no es trabajo, hace nitrógeno ”y la coinoculación mejora la inoculación y también el crecimiento del sistema radicular de la soja.